A partir del periodo Solutrense, dio comienzo un progresivo aumento de la diversidad de objetos de adorno personal, especialmente colgantes. Dientes, conchas y huesos fueron seleccionados como materia prima. Esta placa colgante está elaborada sobre un hueso hioides de caballo. Fue hallada por Obermaier en las excavaciones realizadas entre 1924-25 en la Cueva de Altamira. Se encontró junto a otras tres y se consideraron como posibles elementos de un collar. Tiene forma subrectangular aplanada, contorno liso y una perforación circular, probablemente para ser engarzada. Presenta una decoración en los lados a base de incisiones rectas, cortas y paralelas.