Este tipo de colgantes (conocidos como "retablitos") se guardaban en el joyero de la Basílica del Pilar (Zaragoza) posiblemente ofrecidos como exvotos. Fueron realizados en un taller de la Corona de Aragón. Se cree que esta pieza, y otra de las mismas características que también forma parte de la Colección Lázaro, debió sacarse de la Basílica del Pilar en 1870 cuando se vendieron algunas de las joyas para pagar las obras de una de las torres.