Esta escena del Descendimiento fue tallada en piedra huamanga en Ayacucho, Perú, y luego policromada y dorada. El episodio muestra a Nicodemo y un ayudante aún montados en las escaleras mientras el cuerpo de Cristo descansa sobre el regazo de su madre. En su entorno San Juan Bautista, María Magdalena y José de Arimatea lamentan su muerte.