Con la primera exposición de arte generativo, realizada en 1960 en la Galería Peuser en Buenos Aires, tanto Mac Entyre como Vidal contribuyeron a una creciente tendencia en el arte argentino que exploraba el movimiento y la percepción a través de la abstracción geométrica. Su filosofía artística respondía a la regeneración automática de la forma que crea una sensación de movimiento. Como Los Disidentes, quienes a la vez se establecieron como artistas y teóricos, el grupo de arte generativo escribió su propio manifiesto que claramente estableció una estética autónoma e identificaba los principios teóricos sobre los que su arte se analizaría. De este modo, estos creadores se posicionaron como innovadores e inventores de nuevas formas artísticas.