La figura de Juan Martínez Abades es un buen ejemplo de la intelectualidad que generó una sociedad como la española de la Restauración: excelente pintor de marinas, ilustrador de prestigio y exitoso compositor y letrista de cuplés. La formación artística de Juan Martínez Abades se inició cuando entró en el Instituto Jovellanos de Gijón para cursar los estudios de bachillerato. Allí empezó a desarrollar sus extraordinarias dotes para el dibujo, que le proporcionaron la posibilidad de ir a Madrid en 1880 para matricularse en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado y asistir a las clases particulares de José Gragera y de Ignacio Suárez-Llanos. En 1888-89 se instaló en Italia, donde pintó una de sus obras más celebradas El viático a bordo, con la que se presentó a la Exposición Nacional de 1890, obteniendo la segunda medalla y el reconocimiento dentro del panorama artístico español. Martínez Abades fue reconocido en el mundo pictórico de la época sobre todo por sus marinas. En el conjunto de su obra, las marinas, tanto al óleo como en dibujo, son muy abundantes y de una factura técnica indiscutible.