Esta carta, a diferencia de la tendencia de la época en la que se solía rellenar toda la superficie de los portulanos con ricos y coloridos motivos, ésta tiene una pobre y escasa decoración.
Geográficamente, representa el mar Mediterráneo. Únicamente se ha dibujado la costa mediterránea de la Península Ibérica y el origen del sistema de rumbos se halla entre la isla de Sicilia y Grecia.
La carta muestra una imagen de la Virgen con el Niño, algo habitual en los portulanos medievales. Junto a ella aparece una inscripción «Joan Martines en Messina Añy 1565». Joan Martines, cartógrafo establecido en Mesina entre 1556 y 1587, fue nombrado cosmógrafo real por Felipe II, introduciendo en sus cartas desde entonces el tratamiento de «cosmógrafo de S.M». Se trasladó a Nápoles al servicio de la corona española y produjo más de treinta obras entre atlas y mapas entre 1556 y 1591.
El descubrimiento de América incidió poderosamente en la producción de cartografía de la Corona española, desplazando el foco de interés de los puertos del Mediterráneo a las costas del nuevo continente. Este hecho provocó que algunos de los principales talleres cartográficos se trasladaran a otros centros del Mediterráneo gobernados también por la corona española, como Mesina.
Los «portulanos» medievales, también llamadas cartas portulanas, son instrumentos cartográficos que, junto a otros instrumentos náuticos como la brújula, se convirtieron en auténticas herramientas que permitieron a los navegantes moverse con cierta seguridad entre las costas del Mediterráneo. Su origen se remonta a los denominados “periplos” que recogían la tradición oral de los navegantes griegos y romanos que tomaban los rumbos siguiendo la costa. Esa experiencia continuó trasmitiéndose dando paso a los “portulanos”, una recopilación geográfica que incluía peculiaridades de los puertos, distancias aproximadas entre accidentes costeros, desembocaduras de ríos, noticias sobre fondeaderos y cualquier referencia que pudiera ser de utilidad para el marino en su navegación. El traslado de toda esta información escrita a un pergamino o superficie similar dio como resultado lo que se conoce como carta náutica o carta portulana.
Su realización se inició durante la Edad Media en el siglo XIII y siguieron manteniéndose hasta la Edad Moderna. Comenzaron a realizarse en un área geográfica del Mediterráneo con una intensa relación política, comercial y cultural concentrada en diversas ciudades, entre las que destacarían como grandes centros de la producción cartográfica Mallorca, Génova y Venecia.