El gesto de una mujer tirando de un guante largo es el punto focal de este retrato de Edgar Degas. Rose Caron (francesa, 1857-1930) era una famosa soprano operística. A través de su extenso círculo social y el amor consumista del teatro, Degas llegó a conocer a Caron bastante bien. Como lo demuestran sus abundantes representaciones de bailarines de ballet y otros intérpretes de teatro, los movimientos y rasgos físicos de esas personas lo fascinaron. Esta imagen sugiere que Degas estaba especialmente atraído por los alargados y elegantes brazos de Caron. Aquí, las pinceladas fluidas definen los contornos de su figura, silueteada contra un fondo claro de rojos brillantes, de azules, de amarillos, de verdes, y de marrones. En esta imagen, el artista posiciona al espectador como un observador de una escena típicamente privada, posiblemente detrás del escenario. La composición recortada y la vista ligeramente superior reflejan la influencia de las estampas japonesas en el artista, mientras que la superficie ricamente cepillada y los tonos equilibrados son característicos de su estilo más tarde expresivo.