La verdadera identidad de este retrato, en el que durante décadas se quiso ver a Cristian II de Dinamarca, es desconocida. Sin embargo, existen algunos detalles que permiten identificarlo con un noble, como su rico vestuario y el escudo, hoy ya borrado, que decoraba la parte trasera de la tabla. Junto al escuado, además, se incluyó una cita del evangelio de Mateo: "A FRUCTIBUS EORUM COGNOSCETIS EOS", es decir, "por sus frutos los conoceréis", No obstante, ninguna de estas pistas, ni tampoco el propio rostro, han permitido hasta el momento reconocer al retratado. Tampoco es certera su autoría, aunque es posible que fuese realizado por Bernard van Orley, como atestiguan la calidad de algunos detalles de la pintura.