A lo largo de su vida fueron numerosos los artistas que inmortalizaron la imagen de Santiago Rusiñol a través de sus dibujos y pinturas. Entre otros podríamos citar Ramón Casas, Ignacio Zuloaga, Ramón Pichot o Pablo Picasso.
Este retrato, dibujado y dedicado por M. T. Muller, nos presenta a Santiago Rusiñol a la edad de treinta y un años, cuando vivía con otros artistas en la calle de Oriente del barrio parisino de Montmartre.
Rusiñol coincidió e hizo amistad con Müller en la Academia de la Palette de París, donde ambos iban a ampliar su formación. A pesar de la calidad del dibujo, es la única obra que se conoce de este artista, de quien se desconoce incluso el nombre.