Del templo de la Muela, junto al río Guadalimar, procede una curiosa olla, fabricada con una cerámica basta y oscura, pero pareciendo un recipiente metálico (tiene filas de picos que simulan remaches y una peana cuadrada).
Está fechada en el siglo VII a.C., y evidencia los contactos en esa época de Cástulo con tartessios y fenicios. Desde la prehistoria, la conexión con el Mediterráneo oriental se establece a través del río Guadalimar. No resulta extraña esa olla en una cocina del santuario de la Muela, que justamente está presidiendo desde la orilla, el puerto en el río.