Esta reinterpretación del retrato de “El príncipe Baltasar Carlos, cazador” pintado por Diego Velázquez en 1635-1636 forma parte de la serie “Entretenimientos en el Prado” que realizó Pablo Serrano como homenaje al arte español de los grandes maestros. En 1962 tras una visita al Museo del Prado, a modo de “entretenimiento” el escultor decide dotar de tres dimensiones los cuadros de los grandes maestros: Goya, Velázquez, Tiziano, El Greco… Juega con la materia para dar su propia versión expresionista de personajes muy conocidos de la Historia del Arte español. Cuando en 1974 retome la serie además de repetir “El príncipe Baltasar Carlos a caballo” del que ya había hecho una primera versión en 1962, añadirá esta obra en la que se muestra al mismo personaje sosteniendo una escopeta de caza. Parte del barro para modelar con gran plasticidad la figura que luego vacía en bronce, demostrando su dominio del lenguaje figurativo expresionista con el mismo acierto que el radicalmente abstracto.