La cultura del tapeo, tan exportada fuera de las fronteras de España, está especialmente arraigada en la Comunidad andaluza. Sus tabernas ofrecen gran variedad de platillos que permiten descubrir el recetario popular de la región en pequeñas raciones. Sus tortillitas de camarones, sus papas aliñadas, gambas, salmorejo o frituras se ofrecen en barras y mesas, para ser acompañadas de cualquiera de los también reconocidos vinos de la región.
Se llama pringá a los ingredientes cárnicos del puchero o del cocido andaluz, es decir, a la carne —magro, falda, pollo, etcétera—, morcilla, chorizo y tocino, que, una vez cocinados junto al resto del guiso, se desmenuzan y pringan con trozos de pan para tomarlos como segundo plato, o bien se trituran para untarlos en pan. Son particularmente populares los montaditos de pringá, que se sirven como tapa. También se usa como ingrediente de otras recetas más elaboradas, particularmente croquetas. Es un plato típicamente andaluz.