Puerta Santa cerrada

La Puerta Santa es una de las partes más simbólicas y que más interés despierta en los miles de turistas que cada año visitan la Catedral de Santiago. Es de dos hojas de bronce en las que se representan pasajes de la traslación, vida y martirio del Apóstol Santiago. Se abre solo los años santos que son aquellos en los que el 25 de Julio cae en domingo. Debido a los años bisiestos esto se puede producir cada cinco, seis y once años.

Cada 31 de diciembre previo al año santo y a media tarde, una procesión encabezada por el arzobispo se acerca a la puerta. Acompañado de oraciones da tres golpes con un martillo de plata que hacer caer un muro de piedra, colocado para este ritual, dejando libre el paso hasta el 31 de diciembre siguiente en el que otra procesión dará por clausurado el año santo y la puerta.