Con sus piezas escultóricas, Jeff Koons pone a prueba los límites entre la cultura popular y la elitista. Puppy es el título de la escultura vegetal que se encuentra a la entrada del Museo Guggenheim Bilbao. En ella, el artista aunó pasado y presente, empleando un sofisticado programa informático para crear una obra que hace referencia a un jardín clásico europeo del siglo XVIII. Este West Highland terrier gigante es un monumento al sentimentalismo: completamente cubierto de plantas en flor, posee una iconografía edulcorada de flores y perritos. Su imponente tamaño, firmemente contenido y al mismo tiempo aparentemente descontrolado (se halla en crecimiento, en sentido literal y figurado), y la yuxtaposición de referencias elitistas y populares —el arte de esculpir arbustos y la cría de perros, la cerámica decorativa y las tarjetas de felicitación— se pueden interpretar como una analogía de la cultura contemporánea. Koons creó esta escultura pública con la finalidad de que resultara atractiva para la gente, de suscitar optimismo e infundir “confianza y seguridad”.