En estado meditabundo e introspectivo, Ricardo Baroja ha representado a su hermano el escritor Pío Baroja. No ha descuidado ningún elemento característico del atuendo del escrito, el sombrero de hongo, el gabán y la barba. La fuerza del grabado de Baroja se deja sentir en al morbidez del aguafuerte que deja esa impronta oscura y de perfiles desdibujados, propia de la España que reflejaron los escritores de la generación de 1898.
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