En sus lienzos podemos ver retratos cuyas facciones son plenamente identificables y en la serie que el mismo artista llama "retratos chueco", recurre a una nueva técnica donde las facciones se distorsionan, se desdibujan, usa atrevidamente el color para imprimir la vitalidad. Dota a estas obras de una nueva personalidad, una especia de alter ego se percibe; aún se vislumbra quién aparece. Está chueco, un tanto exagerado, los ojos desproporcionados en comparación con el resto del rostro.