Esta pintura representa a Ramon Llull delante de una imagen de Jesucristo. El Santo aparece como peregrino con el hábito tradicional, barba larga y corona de rayos. Además, llora copiosamente y de su boca sale una larga cita extraída del Libro de la Contemplación, que alude al método de oración. A los pues de Jesucristo, hay una calavera, símbolo de penitencia. La escena se sitúa en Randa y al fondo hay un barco en un temporal, referente a un naufragio que vivió Ramon Llull volviendo de tierras africanas.
Destaca la vitalidad del dibujo, la intensidad del claroscuro característico de la época Barroca, el naturalismo de las anatomías y la buena composición diagonal, marcada por la inscripción entre ambas figuras. Con este tipo de obras, Miquel Bestard contribuirá a fijar y difundir la representación de Ramon Llull.
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