Como si se tratase de una pieza de juego, este curioso reloj de mesa se acompaña de distintos símbolos astronómicos: luna, estrellas doradas y nubes dibujadas sobre los dos hemisferios de la tierra. Gracias a las palabras escritas en la cartela de su chapa, «música-silencio», sabemos que tuvo un mecanismo controlable para reproducir una pieza musical o mantenerse en silencio al indicar los cuartos, medias y horas completas.
Madera tallada y chapeada con guarniciones de bronce dorado. Placa de la esfera en bronce dorado y policromado con anillos en bronce esgrafiado y dorado