Restauración del Ángel de la Independencia, después del sismo de julio de 1957

La estatua del Ángel, modelada en siete toneladas de bronce y colocada a 45 m de altura, dominó el Paseo de la Reforma desde el 16 de septiembre de 1910. Sin embargo, la madrugada del 28 de julio de 1957, tras un sismo de 7.7 grados escala de Richter, cayó de su pedestal, rompiéndose en 175 fragmentos. Los restos fueron entregados al escultor Juan Fernández Urbina, quien, junto con veinte ayudantes restituyeron la imagen. Juan Guzmán hizo la cobertura de la restauración, y el 20 de octubre de 1958, a un mes de la reapertura de la insigne escultura, publicó en la revista Life en Español el reportaje: “Reaparece un ángel. La Ciudad de México restaura el majestuoso símbolo de la Independencia”.