Esta orgullosa dama mira al espectador serenamente. Su vestido de seda tornasol tiene flores bordadas, encaje en los puños y escote de ojal a la moda de la segunda mitad del XIX. Porta cuatro anillos de oro engarzados con piedras preciosas, collar de perlas con un dije y aretes del mismo tamaño, una cadena en oro y abanico cerrado. Es una obra de la primera época de Felipe S. Gutiérrez, aún bajo la influencia de su maestro, el catalán Pelegrín Clavé.