Inmersa en el universo simbólico del sueño y en una realidad que se confunde con la leyenda, la autora dejó sobre el lienzo en Regreso de India 2 su inclinación por la cosmogonía del país asiático en una construcción donde los personajes realizan actos rituales dentro de un edén que conserva el eco sensual de sus propios paraísos ecuatoriales. El Museo de las Artes guarda esta pieza como parte de su colección desde 1994.