En época romana era muy frecuente el uso de estos entalles en anillos, cuyo uso dentro de la sociedad era reconocido como un privilegio que diferenciaba a los hombres libres de los esclavos.
El grabado de las gemas era llevado a cabo principalmente en la manufactura de joyas, en anillos sobre todo. Pero los entalles no se usaban solo sobre este soporte, sino también exentas, como amuletos, cuya posesión protegía a su dueño de diversos males y enfermedades, y en muchos aspectos se depositaba en las tumbas, para que protegiese a la persona incluso después de su muerte.