Los atractivos discos de metal que se hallan en tumbas de la región de Nariño no son pectorales. Mientras estos últimos se suspendían del cuello con un cordel que pasaba por uno o dos orificios cercanos al borde superior del objeto, los discos tienen un único orificio, ubicado exactamente al centro. Muchos pectorales están decorados con una figura (un ave, un jaguar, un rostro) que le da a la pieza un arriba y un abajo, pero estos, que son geométricos y con motivos siempre abstractos, exhiben un brillante pulimento radial y una geometría que consistentemente gira en torno al orificio central. ¿Qué son?
El cordel de algodón original en el centro de esta pieza es la clave para formular una hipótesis sobre estos objetos exclusivos de Nariño. Tiene un nudo debajo y se prolongaba hacia arriba. Si con una mano se sostuviera su extremo superior y con la otra se hicieran girar los discos, éstos, como obras de arte cinético del siglo XX, combinarían los reflejos de luz con el movimiento de sus motivos perfectos. Al entorcharse el hilo, se detendría su inercia… pero luego girarían en sentido contrario. El chamanismo, la religión amerindia, busca en los destellos de luz y en los mantras repetitivos la concentración que permite acceder hacia otras formas de conciencia. Los discos giratorios de Nariño pudieron entonces ser una antigua técnica del éxtasis. EL
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