La Sagrada Familia gozó de una gran devoción en el mundo hispánico, en especial en Filipinas a partir del siglo XVII. Los talladores del archipiélago preferían colocar al Niño Jesús entre sus padres, con los brazos levantados para tomar las manos de éstos mientras ellos se agachaban para sujetarlo. En este caso, vemos como el artista aprovechó la curvatura natural del marfil para dar ese efecto. A esta representación se le conoce también como "Trinidad Terrestre" o "Sagrada Familia de viaje".