Entre 1594 y 1596, el Cabildo catedralicio, presionado por el arzobispo Juan de Sanclamente, resolvió llevar a cabo una ampliación del coro por su parte posterior. Los relieves realizados para la citada ampliación, obra de Gregorio Español, se conservaron en la catedral y años después fueron reutilizados en el basamento del nuevo Retablo de Reliquias ejecutado por Bernardo Cabrera y el propio Gregorio Español.
El relieve de la Predicación en Hispania formaba, con otros tres, un programa iconográfico dedicado al Apóstol Santiago, enmarcado en la exaltación de los santos que propugnaba el Concilio de Trento y siguiendo una secuencia narrativa fundamentada en la tradición jacobea.
El tablero de la Predicación se instaló en el lado izquierdo de la parte baja del retablo, como base de una de las cuatro columnas salomónicas que integraban el retablo. En 1921 un incendió destruyó la mayor parte del mismo y, con el resto de piezas rescatadas, pasó a formar parte de los fondos del Museo Catedral.
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