Juan Bautista suele representarse en el arte cristiano como un adulto asceta: vestimenta de piel de camello, descalzo y con larga caballera. Aquí se le retrata más joven, como "san Juan Niño" o "san Juanito". Es reconocible por el cordero que sostiene en sus manos, imagen que prefigura el sacrificio de Cristo. Esta talla de pequeño formato es cercana a escuelas como la andaluza, caracterizada por un aspecto de gracia y dulzura.