El San Lorenzo de Bernardo Cavallino es uno de los mejores trabajos del pintor Bernardo Cavallino. Los rasgos exóticos que presentan los ojos del santo son una característica de maestro napolitano. La iluminación desde la esquina superior izquierda dota de gran plasticidad a la figura del joven diácono, realza los colores y el brillo de la dalmática y potencia la expresión de su ferviente espiritualidad.