Este pequeño óleo sobre lienzo de Vicente Carducho, realizado en el primer tercio del siglo XVII y procedente del legado de Valentín Carderera, muestra una Santa Lucía de medio cuerpo con larga melena y corona de flores, como santa virgen. Está inscrita en un círculo y se representa con su iconografía habitual: los ojos sobre una bandeja, la palma del martirio y un libro alusivo a su sabiduría. La pintura española del Barroco no presenta un panorama homogéneo, sino que conviven varias escuelas. La primera generación de la escuela madrileña la conformaron italianos florentinos, entre los que se encontraba Vicente Carducho. Madrid, sede de la Corte, constituyó el principal centro de atracción para los artistas puesto que allí se encontraban sus principales clientes: familia real, nobleza, alta burguesía y órdenes religiosas.