Esta tabla hispanoflamenca realizada por Miguel Jiménez en el último cuarto del siglo XV formaba parte de un retablo de la iglesia de San Pablo de Zaragoza compuesto por un conjunto de cinco tablas. Cuatro de ellas representan a santos entronizados cuya distribución de izquierda a derecha, dos a dos, es la siguiente: San Pedro, mártir de Verona, San Bartolomé, apóstol, San Esteban, protomártir y Santo Domingo de Guzmán. San Esteban, diácono y protomártir, aparece sentado sobre un sitial elevado decorado con diferentes molduras y flores, simulando las rosas de las cuentas del rosario de la tabla de la Virgen. Se le representa en actitud orante, imberbe, con ancha tonsura clerical y con una piedra sobre su cabeza, símbolo de su martirio por lapidación. La parte superior de la tabla se adorna con una franja decorativa imitando un brocado de motivos florales y vegetales que también aparece en las tablas compañeras de San Bartolomé y Nuestra Señora del Rosario.