La iglesia de San Felipe fue construida en el siglo XIII. Destaca la portada de estilo románico de transición del muro de occidental, situada entre dos magníficos contra fuertes y coronada por tres rosetones. En el interior cuenta con tres naves, la central más alta, separadas entre sí por cinco arcos sostenidos por esbeltas columnas, con extraordinarios capiteles florales. El presbiterio es rectangular y el ábside semicircular, cubierto con una cúpula de cuatro esferas. Conserva dos pilas de agua bendita, una muy antigua y otra de factura clásica. También cuenta con una esplendorosa pila bautismal. Cuenta con una torre campanario octogonal y no está completamente unida al templo ya que se construyó aprovechando uno de los torreones de la antigua muralla. En su arco de acceso se encuentra el escudo del arzobispo Ximénez de Rada.
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