Capilla situada en la parte central de la girola de la Catedral, en cuya ubicación se inicia la obra románica. Los constructores encargados de dar comienzo a las obras fueron los maestros Bernardo el Viejo y Roberto, ambos probablemente de origen galo, pudieron contribuir a introducir algunas fórmulas propias del románico francés. Por lo que respecta a esta primera capilla, tendrá una enorme repercusión sobre el resto de la obra, debido a que sus dimensiones terminarán condicionando el trazado del resto del proyecto.
A nivel iconográfico, sus elementos decorados plantean el conjunto como un auténtico speculum principis, a través del cual es posible que la figura de Alejandro Magno fuese utilizada como modelo para el monarca Alfonso VI. Otro elemento importante será la presencia en su entrada de los capiteles fundacionales, los cuales, a través de la efigie de Diego Peláez y Alfonso VI, señalaran el momento de inicio de las obras.