La medalla es obra del taller grabador de R. Gelabert y Hermanos de Barcelona, especializados en metalúrgica, que realizaban piezas en bronce, esmalte y otros materiales, colaborando con los mejores arquitectos y escultores de la época. El anverso de la medalla muestra un mosaico hecho en los talleres del Vaticano y regalado por el Papa León XIII a la comunidad para adornar el altar principal. Representa la Virgen y el Niño sentados en el trono románico, en un campo de flores de lis, rodeado por una leyenda que evoca la protección de la Madre de Dios sobre los fieles.