El siglo XVII fue prolífico en lo que a ofrendas reales y de personajes de la nobleza se refiere. Entre ellas se encuentra el Santiago Matamoros de la Duquesa de Aveiro, perteneciente a una de las familias más importantes de Portugal de la época.
Se trata de una pieza de influjo italiano. La escena representa a Santiago, sobre un caballo encabritado, portando la espada en su mano derecha y el estandarte cristiano en la izquierda. Está combatiendo con tres musulmanes vestidos a la romana, que intentan repeler el ataque desde el suelo.
La peana reproduce en su parte superior un pavimento ajedrezado y se asienta sobre volutas rematadas por pequeñas cabezas de ángeles.
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