Sobre el capitel se dispone la figura del apóstol Santiago, en un lugar preeminente, por ser el titular de la catedral. Según algunos expertos así se ve interrumpido el hilo argumental, ya que sobre su cabeza se representan las tentaciones de cristo en el desierto: Satán, representado peludo y con unas facciones exageradas, le tienta a convertir unas piedras en pan, a tirarse desde lo alto de una iglesia y que los ángeles le salven, y también a adorarle, pero Cristo se niega.