Con la premisa del retrato como base de su práctica, Gillian Wearing crea fotografías e instalaciones de vídeo que exploran las disparidades entre la vida pública y privada, y nociones de tabú, miedo y autoconciencia. Sus primeras obras fotográficas revelan tiernamente a individuos -muchos de los cuales ella no conocía- a través de sus imágenes y sus palabras. A medida que su trabajo de video progresó, Wearing comenzó a retratar a sus súbditos disfrazados, a veces entrevistándolos de una manera que construye un sentido de confianza y con frecuencia conduce a la ventilación de narrativas inquietantes. Para crear "Secretos y mentiras", Wearing registró las confesiones íntimas de la gente común que se han puesto maniquí-como máscaras y pelucas para ocultar sus identidades. Para encontrar a sus asistentes, Wearing colocó un anuncio en línea invitando a los voluntarios a "confesar todo" en el video. Presentados en un espacio muy enmarcado, se anima a los espectadores a entrar en este mundo privado y críptico. Provocando el psicoanálisis y las creencias judeo-cristianas, Wearing proporciona un ambiente seguro para contemplar las cosas que es mejor dejar sin decir.