La imagen real y más exacta del escultor, según el testimonio de los que lo conocieron, la tenemos en su Autoretrat, una obra que desarrolla el aspecto naturalista de la persona. Es la cara de un hombre que fuma, que hace una mueca probada por el humo que emana de la punta del cigarrillo que mantiene encendido entre sus labios. Arnau Puig nos dice: “Es un volumen que expresa la agitación en una situación de reposo plástico, en el que se han eliminado las aristas expresivas y compositivas —lo que le habría conducido a un tratamiento de tipo cubista— y solo se han mantenido las formas fundamentales, aquellas que determinan el juego armónico del conjunto de planes. Salvador Martorell Ollé (1895 – 1968) Inició su formación en el Taller Arana i Bru de Tarragona; en 1914 se trasladó a Barcelona, donde estudió un año en la Escuela de Lonja y trabajó en la casa Gabriel Bechini. Becado por la Diputación de Tarragona, permaneció en París entre 1918 y 1919, para regresar a Barcelona. Trabajó como profesor en el Taller-Escuela de Pintura y Escultura de Tarragona (1934-1938) y en la Escuela-Taller de Arte de la Diputación de Tarragona (1947-1965). Su obra, vinculada formalmente al Noucentisme, muestra un gran dominio de la técnica y una gran sensibilidad en el tratamiento de la figura humana. Francesc Roig i Queralt