...de rotunda simpleza en su coloración: ocre el rostro, ocre la mano, ocre la pequeña escultura prehispánica que sostienen sus largos dedos, ocre la camisa; un fondo azul contagia de azules un cabello muy negro, como negros son los ojos, las cejas y el bozo. En los labios carnosos y las uñas un rojo suave reafirma la juventud del personaje. Desde su primera presentación en público el cuadro se volvió un clásico del género y por décadas su presencia se hizo obligada en las exposiciones de retratos.
Vid. Raquel Tibol. Feliciano Peña. De la honradez y el arraigo profesional</<a>i>. México, Ediciones La Rana, 1999.