Bacarisas realiza este desenfadado autorretrato de busto sobre un fondo neutro y con la mano derecha levantando un cigarro. Joven, elegante y sonriente, el artista logra centrar la atención del espectador en el rostro y la mano que resaltan gracias al blanco del puño y del cuello.
Técnicamente el pintor utiliza una rápida factura y una pincelada suelta para remarcar la espontaneidad del momento captado. Destacan los sutiles matices de su paleta utilizados en el fondo y la luz.
Se trata, pues, de un autorretrato cargado de espontaneidad y naturalidad que evidencia las grandes dotes artísticas del pintor también dentro de este género artístico, el retrato, infrecuente en su producción.