Imagen del sepulcro atribuido tradicionalmente a Alfonso IX, situado en la Capilla de las Reliquias de la Catedral de Santiago de Compostela. Según Serafín Moralejo podría corresponder con la posible imagen yaciente del rey Fernando II de Galicia y León. La estatua que representa al personaje se caracteriza por su cabello acaracolado, sobre el que se ciñe una corona, barba perfilada y vestimenta conformada por túnica y manto.
Destaca el hecho de que el personaje parece haberse abandonado al sueño. Según investigadores como Núñez Rodríguez, esto podría responder a un aspecto del pensamiento medieval, que se relaciona con la idea de que el rey no muere, quedando su muerte asociada con el descanso y con el sueño, en lugar de con el cese de la vida.