La escena muestra una sonriente dama, algo abocetada, que camina hacia el espectador. Lleva pañuelo a modo de velo y un posible paraguas sostenido con su brazo izquierdo. Por la izquierda, se abren unas arquitecturas hacia las que parece ascender una escalera.
Se trata de una de las obras de temática costumbrista, con la figura femenina como protagonista, que tanta fama dieron a Gonzalo Bilbao. Es una mujer trabajadora, de movimientos desenvueltos y coquetos, pero sin llegar a un estudio psicológico del personaje, ni presenta atisbos de denuncia social, a pesar de la dureza de su oficio. Aquí, Bilbao se convierte en referente de la pintura andaluza por su preocupación por la luz y la pincelada suelta de carácter impresionista