Composición abstracta vertical en la que sobre un fondo casi dorado se perfilan unas formas orgánicas de inspiración surreal, mironiana, que remiten a un universo onírico. La geometría del círculo y otras formas básicas como el triángulo, media luna, aparecen deformadas por la expresión de una materia pictórica cargada y abundante. Santiago Lagunas forma parte del núcleo fundador del grupo de vanguardia aragonés "Grupo Pórtico" (1947-1952), primer grupo en practicar la abstracción en España. El año 1949 resulta fundamental en la deriva de este colectivo y de sus autores que caminan, sin retorno en el caso de Lagunas, hacia la abstracción. El cuadro aparece tachado con dos aspas negras, realizadas por el autor con posterioridad, en el momento en que el cuadro fue rechazado para participar en una Bienal artística.