Vinos de Jerez de la bodega Barbadillo

No se puede entender la historia de la manzanilla ni de Sanlúcar de Barrameda sin hablar de Barbadillo. Bodega nacida en 1821, tiempo en que embotellan su primera manzanilla (1827) y desde el que no dejan de evolucionar. Historia viva que nunca ha olvidado mirar hacia adelante con la puesta en el mercado de vinos de éxito como el famosísimo Castillo de San Diego, creación de 1975 y el blanco más vendido de España. Pero Barbadillo, ante todo, es el alma de esa tierra de albariza y palomino fina que mira al Guadalquivir para hacer vinos únicos.

Todo comienza en la originaria Bodega del Toro, de típica arquitectura andaluza, que se encuentra estructurada torno a un patio andaluz con un aljibe en el centro y rodeado por cuatro cascos de bodegas, otorgándole un diseño y un estilo con mucha personalidad. En la actualidad Barbadillo cuenta con una quincena de estos edificios que ocupan una superficie de 70.000 metros cuadrados. En su mayor parte en maravillosos edificios repartidos por el barrio alto que encierran entre sus paredes auténticas joyas enológicas como las Reliquias y los V.O.R.S.