Entre el año 1976 y 1983 aproximadamente 30 000 Argentinos "desaparecieron", dejando a sus familiares y amigos en la incertidumbre en cuanto a su paradero o destino.
En un clima de miedo y represión, era difícil de estimar la escala de las desapariciones. Pocos medios de comunicación estuvieron preparados para informar sobre el tema y la expresión pública fue restringida.
El arte público resultó ser un método eficaz de destacar la escala de las desapariciones, y miles participaron en un proyecto público de arte que vio las paredes de la ciudad cubierta en siluetas, cada una representando a una persona que había desaparecido.
Archivo Hasenberg-Quaretti