Madera tallada con respaldo y asiento de terciopelo
Este sitial, tradicionalmente destinado para altos dignatarios eclesiásticos o civiles, se incorpora al tránsito de lo público a lo privado como prodigio del mobiliario barroco.
Decorado con patrones de rocalla y hermosas rodillas –pliegues de las patas de la silla– y remates con figuras antropomorfas, es un magnífico ejemplo de ebanistería novohispana.