Escultura con forma de ciervo que serviría de surtidor en una fuente o alberca, ya que la peana sobre la que se sustenta y el cilindro inferior a ella soldado permiten el paso del agua propulsada a través de las patas hacia la boca, para hacerla manar. En la cabeza de sección ligeramente cuadrada con lados achatados, faltan las astas pero conserva los orificios donde se ajustaban. Presenta todo el cuerpo decorado con una profusión de menudos roleos que encierran hojas nervadas y un rosetón en el pecho. Es común el uso decorativo de figuras animales durante el Califato de Córdoba; en este caso se trata de una excepcional obra de metalistería de los talleres califales.