Hoy es difícil imaginar lo que las especias supusieron en el mundo antiguo. Pero en su momento, las especias fueron los primeros productos alimentarios en la historia capaces de impulsar a los hombres a realizar travesías marítimas casi imposibles hacia territorios desconocidos. Se usaban en alimentación para sazonar, pero también como perfumes y en farmacología. Incluso se quemaban para proporcionar buen olor a los interiores y en las ceremonias fúnebres. En la época de Elcano, el valor de las especias es excepcional: una libra de clavo es equivalente a 7 gramos del oro más puro. Los 524 quintales de especias que trajo la nao Victoria de vuelta a Sevilla en su bodega fueron más que suficientes para costear el precio de toda la expedición.