Santo Domingo, el fundador de la orden de los Predicadores o Dominicana ha sido representado de cuerpo entero y va aureolado. Sostiene con su mano izquierda un templo, en este caso como signo de su carácter de fundador, y con la derecha una banderola con cuadros blancos y negros en diseño de damero, atributo que alude a los colores de la vestimenta de la orden. Según la leyenda, la madre del santo habría visto en sueños al hijo que esperaba marcado en la frente con una estrella y acompañado por un perro que llevaba en el hocico una antorcha encendida.