Estela de las denominadas del Suroeste peninsular, decorada con un personaje principal con coraza y decoración geométrica en el cuerpo. A su lado se representa un espejo, armas y un posible peine. Bajo él, una escena similar a las ceremonias funerarias representadas en los vasos griegos: un cadáver tendido sobre un lecho o pira funeraria, junto al que se lamenta un acompañante, con el gesto de llevar sus manos a la cabeza. El carro de dos ruedas y las armas indican, al igual que el ritual funerario, su posición social predominante. Los dos animales pequeños representados debajo han sido interpretados como los destinados a convertirse en víctimas del sacrificio ritual. Por detrás, un servidor del difunto, o quizá éste mismo en vida, acompaña a un carro. Abajo del todo, los personajes cogidos de la mano ejecutan una danza fúnebre. Se relaciona posiblemente con la estela de un guerrero, y el paralelo de la decoración guerrera y funeraria (lecho funerario, cortejo, carro de dos ruedas, etc,) con los vasos funerarios del Dypilon (Atenas, mediados siglo VIII a.n.e.) Remite a las relaciones tempranas entre oriente y occidente en todo el Mediterráneo con los movimientos y navegaciones de los colonizadores fenicios y griegos, que fundan colonias en todo el sur de la Península Ibérica, buscan materias primas y traen productos elaborados. El tipo de navegación de la época está descrito en la Odisea de Homero. Se adscribe cronológicamente al Bronce Final, período Orientalizante, en torno al I Milenio a.n.e.