Glifo modelado en estuco con restos de pintura. Representa el número 4 en la variante cefalomorfa, en vez del sistema de notación de puntos y barras. Debió formar parte de una inscripción de un calendario de serie inicial o de cuenta larga. Se trata de un glifo modelado en estuco que consiste en una cabeza de perfil que exhibe restos de pintura. El estuco, mezcla suave de cal y arena, fue ampliamente utilizado por los mayas para enyesar las superficies de los muros y pisos de sus edificios oficiales. Esculpido y modelado, fue además el material preferido para decorar distintas estructuras y, como en este caso, para convertirse en el soporte de las inscripciones que narraban o indicaban fechas y acontecimientos políticos, militares y religiosos protagonizados por sus monarcas. Los glifos como este formaban parte de textos más extensos compuestos por grupos de elementos en estuco. Esta pieza, procede de las excavaciones realizadas por el capitán Antonio del Río en 1787, en el Templo de las Inscripciones de Palenque. Según el informe, este glifo fue obtenido de la fachada del pórtico este del palacio.