Domingo en Córdoba a orillas del Guadalquivir muestra una vista de la ciudad con la Catedral bajo el cielo azul, sobre el río, en cuyo margen derecho un grupo de personas, sentadas, pasan una jornada tranquila y agradable: uno de ellos toca la guitarra, algunas damas se abanican y otras esperan la llegada de un nuevo grupo de personas que se aproxima en una barca que llega surcando las calmadas aguas.
Se relaciona con la obra del mismo autor titulada Día de campo, perteneciente a la Colección Romero de Torres que se custodia en este Museo. A lo largo de la década de 1880, en que su pintura llega a su mejor momento, Romero Barros realiza una serie de obras fuertemente centradas en el paisaje urbano y arquitectónico de Córdoba que suponen las mejores aportaciones de la pintura paisajística a la iconografía de la ciudad durante todo el siglo XIX.
Esta preocupación coincidirá con la redacción de su manuscrito Córdoba Monumental y Artística, con el que pretendía llevar a cabo el estudio de los principales monumentos locales y que comienza a caligrafiar e ilustrar su hijo Rafael en 1884.
Esta obra, que refleja casi al completo la fahcada del casco histórico de la ciudad hacia el Guadalquivir y sorprende por su virtuosismo en la consecución de las trasparencias y reflejos en el agua, se relaciona con un boceto titulado Día de campo existente en la Colección Romero de Torres.
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